1. Si comienzan a levantar la voz y a decir palabras que lastiman, es señal que deben parar en seco la discusión. Hagan un pare hasta que cada uno tenga bajo control sus propias emociones.
2. Cuando ambos esten calmados y tranquilos, retomen la conversación con la meta de identificar la raíz del problema y entender la perspectiva del otro.
3. Escriba cada uno, en una hoja de papel, la situación que desencadenó el último problema entre ustedes y como esta situación los hizo sentir. Por ejemplo, uno de ustedes podría decir algo como "anoche me levantaste la voz y me hablaste feo cuando yo entré a la cocina. Eso me hace sentir como que no me quieres, siento que mi presencia te molesta" mientras el otro podría escribir algo como "anoche entraste a la cocina con una taza sucia en la mano y simplemente la pusiste en el fregadero, como si se fuera a lavar sola. Esto me hace sentir que no aprecias todo lo que yo hago y que tomas un poco de ventaja".
4. Ahora intercambien las hojas de papel y lean con atención lo que escribió cada uno. Usa la empatía para ponerte en los zapatos de tu media naranja y con una mentalidad abierta, analicen juntos las siguientes preguntas: ¿Por qué nos sentimos así? ¿Qué podemos cambiar cada uno para evitar que el otro se sienta así? ¿Cómo podemos comunicarnos mejor? ¿Realmente era tan grave el asunto?
Analizando y contestando estas preguntas con la meta de ser constructivos los llevará a resolver sus diferencias. En el ejemplo anterior es posible que lleguen a la conclusión de que la persona que gritó y se enfadó primero, debía de expresar abiertamente y con cariño sus expectativas en vez de gritar: "amor, me gustaría que me ayudaras mas de seguido a lavar los platos y que cuando veas que ya yo termine de lavarlos, tu laves cualquier otro plato o taza que ensucies" Por otro lado, el que recibió el grito, debía de poner mas de su parte para ayudar con las labores de la casa, tomando la iniciativa en muchos casos, para que la recarga no cayera solo en su pareja.
5. Ahora es momento de llegar a una resolución. Es importante llegar a un compromiso en donde ambos sientan que han sido escuchados y validados por su pareja. Pregúntense: "¿Qué debemos hacer para seguir adelante?" Tengan en cuenta que para mantener la armonía es necesario aceptar que no siempre estarán de acuerdo y pasar por alto las diferencias con amor y respeto.
6. Dejen su orgullo de lado y pidanse perdón. En el ejemplo anterior la persona que gritó a su pareja podría decir "amor, siento mucho haberte gritado, ¿me disculpas?" Por otro lado, su pareja podría decir "disculpame por no haber colaborado con las labores de la cocina".
7. Hablen de lo que aprendieron durante el ejercicio. ¿Cómo pueden seguir mejorando su comunicación para que continúen teniendo discusiones constructivas en el futuro?
Quiérete y cuídate
Foto de Sophia Richards en unsplash
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