Tu propósito de vida no es hacer feliz a nadie. Tampoco es tu deber andar por el mundo justificando tu ser, tu personalidad, ni tus decisiones.
Esta bien que seas segura de ti misma y que compartas tu opinión.
Esta bien que defiendas tu verdad y establezcas límites saludables con todos y todas.
Esta bien que brilles y sobresalgas profesionalmente y en otros ámbitos de la vida.
Esta bien que preguntes y pidas claridad/explicaciones cuando las cosas no hacen sentido.
Esta bien que seas líder en tu casa, en tu comunidad, en tu empresa, en tu círculo social y profesional.
Las personas que realmente te aman, estarán orgullosas de ti, te apoyarán y te darán retroalimentación constructiva cuando sea necesario, pero sin tildarte de difícil, amargada o creída.
Foto de Mateus Campos Felipe
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